Eso es lo que pasó con el periodista Jorge Ramos, muy admirado y respetado por la izquierda de este país, pero de repente se puso a contradecir al presidente y entonces las hordas de chairos se fueron sobre el periodista, empezando por el santo chairo mayor, el padre Solalinde, quien lo llamó agresivo y altanero. Andrés Manuel López Obrador debería darse un momento para leer algunos de los mensajes que escriben estas hordas, mensajes que están cargados de calificativos llenos de intolerancia, violencia e ignorancia.
Ese linchamiento mediático es el principio de lo que pudiera ser un linchamiento real. Algunos hasta desean la muerte del periodista sólo porque éste se atrevió a discrepar con un ser humano que ellos consideran divino. Eso es lo que sucede señor presidente, si un periodista se pasa y deja de ser dócil y prudente, sus hordas, sus jaurías lo destrozan.