México también sufrió la pérdida de alguien muy querido un 15 de abril. En el año de 1957 el actor y cantante Pedro Infante, quien ya era considerado un ídolo de la pantalla grande, abordó una aeronave en Yucatán para trasladarse a la Ciudad de México. Aficionado a la aviación, Pedro Infante era el piloto de la nave que a la larga se convertiría en el instrumento de la tragedia. Ese 15 de abril de 1957, apenas despegara, la aeronave empezó a de tener dificultades para ascender. El avión no se elevó mucho, por lo que cayó sobre un popular barrio de Mérida a las 07:54 horas.
Sobre este mismo hecho algo sorprendió a los que estuvieron al 6tanto de la tragedia. Tiempo atrás había Pedro Infante había dicho a su entonces director cinematográfico, Ismael Rodríguez: «Sé que yo también voy a morir en un accidente de aviación». Eso lo dijo cuando se enteró de la muerte de una de sus coprotagonistas en un vuelo comercial años atrás; Pedro Infante se refería a la actriz Blanca Estela Pavón, quien murió en un trágico accidente de avión ocho años antes.
Sin duda, el 15 de abril ha sido un día sombrío que ha sido marcado con sucesos insólitos y devastadores. De la catedral de Notre Dame se consumió gran parte, pero quedó la estructura de piedra. Su reconstrucción tardará décadas. Afortunadamente no hubo víctimas mortales, pero la pérdida histórica y artística nunca se podrá recuperar. Esto nos muestra que, en cualquier día, por más común y corriente que parezca, pueden acontecer hechos que trasciendan en la vida de muchos.
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