Las conferencias mañaneras transmitidas en YouTube son una muestra de lo que se dice. En esta red social, las personas pueden opinar libremente. Relatan las autoras del reportaje de Bloomberg que en una ocasión una periodista preguntó al presidente sobre el tema del nepotismo y de inmediato empezó a ser insultada: «La llamaron ‘vaca’, un ‘miembro de la Gestapo’ y ‘cerdo perezoso’ por no levantarse de su asiento para dirigirse al Presidente».
Lo mismo pasa en Twitter, cuando Jorge Ramos interpeló al presidente en una conferencia de prensa, de inmediato empezaron los insultos de mucha gente que pasó por alto todo el trabajo del periodista mexicano entrevistando a líderes mundiales, incluso poniéndolos incómodos. Algo tiene que hacer López Obrador, a menos que todo esto le divierta; algo tiene que hacer porque no se puede vivir en un mundo tan polarizado. ¿Estará satisfecho AMLO de ser el pastor de un rebaño de personas con mentes tan pequeñas?