No hay obra pública ni proyectos carreteros, ni siquiera reencarpetamiento de carreteras en todo el estado de Veracruz. La gran mayoría de vías están para llorar. Sin embargo, el gobernador Cuitláhuac García da el banderazo para que comience el periodo vacacional de Semana Santa y eso a pesar de que los Estados Unidos alerten de los peligros de venir al estado jarocho. Por otro lado, no se alcanza a percibir un programa definido de acciones que fomente el turismo en el estado.
La puntada que tuvo la titular de la secretaria de turismo, Xóchitl Arbesú, cuando declaró que pronto llegarían los cruceros cargados de turistas, pues sólo fue eso, una puntada. Ahora sale con otra al decir que la promoción turística no se ve, porque ésta se hace afuera del estado. Y es que, más de uno se pregunta qué se está haciendo con los 56 millones que maneja esta dependencia. Lo cierto es que el estado de Veracruz no figura como un lugar turístico, prueba palpable fue el rotundo fracaso de la Cumbre Tajín.
Finalmente llegó Semana Santa y les ganó el tiempo a las autoridades; los hoteleros se quejan de que no hay promoción turística, las playas lucen sucias y la encargada de la promoción turística sencillamente no está dando el ancho para este puesto.
Así que los empresarios hoteleros, restauranteros y hasta los vendedores ambulantes se quedarán con las ganas de ver llegar los grandes cruceros turísticos. Y todo porque el gobierno de Cuitláhuac le apostó a una compañera de baile en lugar de una verdadera profesional del ramo turístico. Dijera Narciso Busquets: «Otra más gallero, otra más».
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