Armando Ortiz / Le piden demasiado a Sara Ladrón, rectora de la Universidad Veracruzana, le piden que sea firme, valiente, congruente y ella es todo lo contrario. Vale recordar las escenas de las marchas por la dignidad que en los tiempos de Javier Duarte se organizaron sin la presencia de la Rectoría. La excusa que ella puso fue el miedo, miedo a que los manifestantes volvieran la mirada hacia ella para hacerle reclamos públicos; de hecho, ella aducía tener información de que los manifestantes eso harían y por ello tardó en sumarse a esas marchas. Pero las circunstancias la obligaron y cobijada por los grandes contingentes de estudiantes, académicos y exalumnos, Sara Ladrón tuvo que dar la cara. Ahora las organizaciones de la sociedad civil, centros universitarios, institutos de investigación y la ciudadanía en general pide “que las autoridades de la Universidad Veracruzana se pronuncien de manera firme y pública en contra de los asesinatos de miembros de su comunidad, sean estos estudiantes matriculados o egresados como el caso de Abiram Hernández”. Le piden demasiado a Sara Ladrón, ¿cómo pasar de cargarle la sombrilla al gobernador para que no se moje, a ser una rectora que con firmeza le reclame por la inseguridad en que vive la comunidad universitaria, la ciudadanía en general? Pero puede que obligada por las circunstancias otra vez, Sara tenga que dar la cara y pronunciarse en contra de la inseguridad, así en abstracto, sin mencionar a los funcionarios públicos que no han podido hacer nada para conseguir paz y seguridad en Veracruz. No por nada Veracruz es el número uno en secuestros y feminicidios.
Hipólito Rodríguez cambia a encargado de Obras Públicas; mientras no lo cambien a él, las cosas seguirán igual
Hipólito Rodríguez está como la canción: “Estos eran cuatro gatos, cada gato en su rincón, cada gato ve tres gatos, adivina cuántos son”. Hipólito, como el gato que ve tres gatos, no se ve a sí mismo, por lo que cree que los ineptos son los demás. Voltea para Obras Públicas y ve ineptos, voltea a la Tesorería y ve ineptos, voltea a ver sus regidoras y ve ineptos, voltea a ver al de Comunicación Social y ve ineptos. Lo que no sabe el alcalde de Xalapa es que cuando los xalapeños voltean al municipio, ven a un solo inepto, a él. De tal modo que Hipólito Rodríguez podría cambiar a todos en su gabinete, podría cambiar a todos los regidores, síndicos, a los de intendencia, a los vigilantes, a quien se le pegue la gana, pero mientras no lo cambien a él, las cosas van a seguir igual. Esta vez le tocó al encargado de Obras Públicas, el mismo que contrata constructoras a las que se les caen las bardas. Imagine, hacen poca obra y la poca que hacen se les cae. Hipólito Rodríguez cree que él está haciendo bien las cosas y que son sus detractores, periodistas mercenarios, los que mal informan a la ciudadanía. Pero cómo no informar de la ineptitud de una administración municipal que a cada rato devuelve recursos a la federación porque no saben cómo ocuparlo; no saben cómo ocuparlo cuando en las colonias urgen obras. Tan sólo en esta temporada de lluvias el ayuntamiento se dará cuenta de que ese dinero que devolvió hubiera servido para muchos muros de contención.
Apantallan los 12 doctorados de la veracruzana que será representante de la Guardia Nacional; el trabajo duro lo harán los soldados y marinos
Aquellos que ponderan los 12 doctorados de Patricia Rosalinda Trujillo Mariel, representante de la Policía Federal en la Guardia Nacional, nos recuerdan a los artistas de Televisa que se enteraron que Juan Luis Guerra tenía estudios de arquitectura; la mayoría de esos artistas no habían ni cursado la preparatoria. Ahora bien, a muchos les ha caído bien que la representante, óigalo bien, representante de la Guardia Nacional, no titular, sea veracruzana. Esas personas ya lanzaron las campanas a vuelo, ya están mandando a la pobre de Mencigüela a vender las aceitunas antes siquiera de haberlas sembrado. Los resultados positivos de la Guardia Nacional no tendrán mucho que ver con esos 12 doctorados, la mayoría tipo honoris causa, de esos que también recibió el Negro Durazo, los resultados positivos se tendrán que ver a partir de una estrategia adecuada, una estrategia y un trabajo que se vea y que combata los flagelos que han estado quitando la paz a los mexicanos: la extorsión, el secuestro, el robo, los feminicidios, el narcotráfico. Para ello más que doctorados o maestrías en maquillaje de cadáveres, se requiere de voluntad, valentía, honorabilidad, honestidad y firmeza. La Guardia Nacional es una de las grandes apuestas del presidente López Obrador, es una apuesta positiva que se deberá ir consolidando conforme se den los resultados. La Guardia Nacional urge en muchos estados, entre ellos Veracruz donde la incidencia criminal crece y crece. Pero seamos sensatos, los que van a hacer el trabajo rudo no serán los representantes, sino los elementos del Ejército y la Marina.
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