El día de ayer fue el columnista Pablo Hiriart el que se fue con todo en contra del gobierno de Cuitláhuac García; también Ernesto Villanueva de Proceso señaló la intención del gobierno de Cuitláhuac García de asociarse con usureros para sangrar a las clases pobres de Veracruz. Este miércoles es Lourdes Mendoza de El Financiero quien voltea a ver a Veracruz: «Alguien le debería decir al góber de Veracruz, Cuitláhuac García, que ya terminó la campaña y que ya casi tiene 4 meses en la gubernatura. El morenista se enfoca más en señalar a sus antecesores que en enfrentar los problemas de la entidad, no sólo los de corrupción, sino los de salud, educación, derechos humanos y ni qué decir de la inseguridad. El desastre en el estado se puede entender tras saber que en las secretarías de Educación y Salud nombró a personajes señalados por presunto nepotismo».
Al parecer, como en la obra de Hamlet de William Shakespeare, los que voltean a ver a Veracruz se llevan la mano a la nariz y pronuncian: «Algo huele a podrido en Dinamarca». Lo que llama la atención y es algo que se debe ponderar, es que estamos hablando de un estado gobernado por Morena, el partido que tiene el poder en el Gobierno Federal.
Uno esperaría que con el apoyo de la Federación las cosas fueran viento en popa. El problema es que AMLO ha venido tres veces a Veracruz, y por más ajustes que quiera hacer, el coche no queda. A lo mejor lo que tengamos que hacer es cambiar de auto, porque así no vamos a llegar.
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