Brenda Caballero / “Familia y amigos, hoy mi corazón está de luto, hoy mi hermana Lizbeth Cortés Solís fue una víctima más de esta maldita inseguridad, me la mataron… los que gusten acompañarnos en la localidad Reforma Escolin Papantla Veracruz”.
Este fue el mensaje que escribió Abigail en su cuenta de Facebook el sábado a las 3:16, fecha en que su familia se enteraría del asesinato de Lizbeth, quien fue atropellada en la carretera Poza Rica-Papantla junto a su madre y a su pequeña hermana.
Según versiones, indican que el taxista que atropelló a las tres mujeres (pues conducía de manera temeraria) regresó por Lizbeth, la subió al taxi y se dirigió con rumbo desconocido. Horas más tarde, el cuerpo de Lizbeth fue encontrado semidesnudo y lleno de sangre en una colonia de Poza Rica. Habían abusado sexualmente de ella y la habían golpeado brutalmente.
Llama mi atención el mensaje de Abigail donde la muerte de su hermana lo relaciona con la inseguridad. No bastó que su madre la esperara todas las noches después de que salía del mercado donde laboraba. Al final, lo que más temía, sucedió.
Hoy leía noticias que a veces no se quieren leer. Según la Fiscalía del Estado, de enero a la fecha, han asesinado a 74 mujeres y parece que la cifra va en aumento. Sin embargo, aunque la inseguridad es un factor que influye en los asesinatos de mujeres, ésta no es determinante pues la mayoría de las féminas son asesinadas por su pareja o esposo, quienes muchas veces no denuncian violencia intrafamiliar.
El caso de Liz, de apenas 23 años, parece ser diferente. Aunque hay que esperar las investigaciones, puedo decir que el atropello a ella y a su familia, el levantón, la salvaje violación y la muerte a golpes, reflejan una descomposición humana tan indiferente al dolor de los demás y tan segura de una ausencia de justicia.
A las 3:20, Abigail cambió su foto de perfil y escribió a la memoria de su hermana: “te amo chiquita, mi dolor es tan grande saber que ya no te veré… encontraremos a esos malditos que te hicieron eso”.
Yo también lo deseo así.
II
La orden de aprehensión girada por un juez a Mónica Macías Tubilla, parece más mediática que un avance de la justicia mexicana.
Incluso, perdone usted mi comparación, pero hasta el rumor de que Juan Gabriel está vivo parece más cierto.
Hágame usted el favor. Le imputan el delito de defraudación fiscal por más de tres y medio millones de pesos. ¿Tan poquito para una familia que vació las arcas del estado de Veracruz?
Seguramente desde donde esté Mónica, se ha de estar riendo a carcajadas con eso de la solicitud a la Interpol de la ficha roja, pues posiblemente ya hasta sea ciudadana en Europa y su gobierno la proteja, pues hay países en los que si inviertes puedes hacerte ciudadano.
A ver quien aparece primero, si Mónica o Juanga.
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