Édgar Hernández* /
¡El Presidente del Congreso, José Manuel Pozos, revive rapacerías del dirigente panista!
A pepito, ese chaparrín de pelo ralo, educado por su mamá desde muy temprana a edad para la transa, un día terminó por aprender que por las vías de la política y la traición, es más rápido y fácil hacerse de fama, fortuna y poder.
Así Pepe Mancha, encontró su destino,
Siempre afiliado y fiel devoto de los reaccionarios del Partido Acción Nacional, estaban ciertos que a partir del 2000 nunca más serían bajados del caballo de la Revolución y con Fox a la cabeza, serían dueños de México ad perpetum.
Esa fue la escalera del poder de José de Jesús Mancha Alarcón, hoy en el dintel del precipicio por “mal amigo, traidor, transa y rata de cola grande”, según sus propios correligionarios.
El de Poza Rica, aunque otros dicen que es de Tuxpan, hizo sus primeras incursiones en el PAN de Veracruz al lado de Julen Rementería, con quien se sumaría al portazo que dio Miguel Angel Yunes Linares, para ganar la gubernatura en 2016.
Y de ahí pa’l real.
Ya en el poder y tomando para sí y sus cuates las posiciones de elección popular, pactaron con el jefe Yunes.
Julen al Senado y de nuevo a la antesala de la gubernatura, mientras Mancha se colocaría como parapeto al frente del PAN en donde fue ninguneado y minimizado, pero pagado de otra forma al dejarlo ejercer un parcial dominio del Congreso con otro títere, el diputado Sergio Hernández, “Sergio, el bailador”, presidente de la Junta de Coordinación Política y dueño de un presupuesto de 700 millones anuales.
A Pepe Mancha se le permitió además gozar otros privilegios financieros con localizadas dependencias por la vía de contratos de obra pública. Los contratos se los otorga Julen, cuando fue titular de la Secretaria de Infraestructura y Obras Públicas.
Y como pilón a su lealtad, a través de su partido, se le obsequia la presidencia municipal de Tuxpan para la familia.
Así se la pasó el anterior bienio hasta que llegaron los morenos a destapar la cloaca de sus manejos turbios.
Este tamal arrojó en días pasados que:
“Durante 2017, tres de las cinco empresas propiedad del dirigente estatal del PAN, Pepe Mancha, y de su esposa Montserrat Ortega Ruiz, actual diputada local, obtuvieron 6 contratos de obra pública por 69.3 millones de pesos con las secretarías de Educación, de Desarrollo Social y de Infraestructura y Obras Públicas”, según revela ORFIS.
Y la puerca tuerce el rabo cuando el propio ORFIS descubre que “todos los procesos de adjudicación presentaban fallas administrativas graves”… y lo más grave que “los diputados de la anterior legislatura no las observaron al aprobar la cuenta pública 2017”.
El tiempo y los cambios en la política, sin embargo, ponen las cosas en su lugar.
Por lo pronto, el Congreso ya levantó el dedo.
Luego de realizarse una auditoría interna en el Congreso local se detectó que la pasada Legislatura hizo pagos excesivos a algunos medios de comunicación, supuestamente relacionados con familiares del dirigente estatal del PAN, José de Jesús Mancha Alarcón, quien tenía a su mamá al frente de esos negocios relacionados con el periodismo.
Ante ello, el diputado presidente del Congreso local, José Manuel Pozos Castro, señaló una vez que se determine la gravedad de dichos pagos, se presentarán las denuncias correspondientes contra quien resulte responsable, “sea quien sea”.
Ante el cuestionamiento respecto a si los medios estaban relacionados con el panista, manifestó “pues supuestamente sí. Hay que analizar y ver el resultado para actuar en consecuencia y pedirle a las autoridades que actúen a la brevedad posible.
El otro pendiente por resolver será observar el dictamen de la Contraloría General del Estado, en torno a la obra pública en favor de las empresas fantasma de Pepe Mancha y su familia, arriba descritas.
No cabe duda, como dice el cancionero: ¡Cómo han cambiado las cosas… las vueltas que da la vida!
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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