En un comunicado los integrantes restantes señalaron: «Respetamos la decisión que tomó en un momento crítico y muy agudo de su existencia, pero queremos enfatizar que ni la causa feminista ni el movimiento Me Too son culpables de su suicidio. Como lo dejó en claro en su carta de despedida, misma que escribió con total responsabilidad y conciencia: ‘no se culpe a nadie de mi muerte’. Esta expresión no debe ser soslayada, sino asumida como un deseo genuino y patente de Armando».
Sin afanes revanchistas, con intención de conciliar y de respetar posturas, Francisco Barrios El Mastuerzo, Santiago Ojeda y Rafael El Señor González, fueron muy claros: «Nos sumamos a ideas compartidas por muchos mexicanos y mexicanas: desterrar las violencias de género, superar los machismos de hombres y mujeres, favorecer la equidad de género y abonar a la construcción de una cultura de paz y de buen trato». La respuesta de Botellita de Jerez a la actitud indolente de las feministas que celebraban la muerte del bajista es una bofetada con guante blanco.