El movimiento #MeToo que se diera en Estados Unidos en 2017 y que hace poco fuera adoptado también en México se creó con el objetivo de señalar y denunciar casos de acoso y abuso sexual por parte de miembros de la comunidad artística. Pero el movimiento se trasladó a otros ámbitos como el de los escritores, periodistas, académicos y también músicos. En redes sociales de México se han creado páginas de Facebook y de Twitter donde ya se han hecho señalamientos sobre ciertos artistas por sus comportamientos de índole sexual inadecuados.
Esto ha originado una persecución despiadada. Las denuncias en su mayoría son anónimas. La más reciente víctima de este hashtag fue el fundador e integrante de la banda de rock Botellita de Jerez, Armando Vega Gil, quien fue acusado a través de la cuenta @MeTooMusicosMexicanos por acoso y abuso sexual. Al parecer esta página no midió las consecuencias de lo que provocarían estas publicaciones, ya que el suicidio de Armando Vega Gil tuvo como propósito dar un mensaje de inocencia.
Antes del hecho, Vega Gil dejó una carta en la cual expresamente dijo ser inocente de las acusaciones, al tiempo que tuiteó lo siguiente en su cuenta: “No se culpe a nadie de mi muerte: es un suicidio, una decisión voluntaria, consciente, libre y personal. #MeeToMusicosMexicanos”. Asimismo, el grupo de rock manifestó el dolor que les causaba la partida de su compañero con el siguiente mansaje: “Con un inmenso pesar, comunicamos que nuestro compañero @ArmandoVegaGil falleció la madrugada de hoy. Nos encontramos procesando esta noticia y haciendo los trámites correspondientes. Descansa en paz hermanito”.
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