Édagr Hernández /
ORFIS deja al garete los 34 mil millones del saqueo Duartista y va ´por los 37 millones desviados por Yunes Linares.
|A Lorenzo Antonio Portilla siempre gustó el circo, maroma y teatro.
Gracias a ello ha sobrevivido en la política. Es fino para el cuento y el sablazo. Finísimo para la deslealtad y la puñalada por la espalda, para el caravaneo al rey, pero “Muerto el rey, que viva el rey” ¡que chingaos!
El eterno titular de la “revisión” de las cuentas del gobierno, ha combinado la intriga palaciega con el hábil manejo de los números lo cual ha dado lugar a que en los últimos tres lustros la siguiente generación de veracruzanos esté comprometida con el pago de 128 mil millones de pesos en deuda pública.
Todo pasó por las manos del tan habilidoso Lorenzo Portilla, que de lorenzo no tiene nada y si de traidor y desleal.
Luego de dar la espalda a Fidel Herrera Beltrán en triple salto mortal desde la Contraloría del estado, se posicionó como Auditor General del Órgano de Fiscalización Superior, desde donde ha tejido, desde el 2012, un entramado de irregularidades y sospechosos arreglos bajo la mesa con auditores externos para favorecer a ediles y dar carpetazo a las multimillonarias cuentas públicas del pasado reciente.
La estrategia es sencilla.
Termina el mandato del gobernante en turno… y a vomitar lodo en su contra y entregar al entrante “expedientes reveladores” para hundirlo en el desprestigio y someterlo a venganzas.
Así lo hizo con Fidel para congraciarse con Duarte y la misma dosis la repitió ante un Yunes Linares sediento de venganza.
Portilla fue quien presentó a Miguel Angel Yunes en 2016 contundentes evidencias del famoso saqueo de los 34 mil millones de pesos a manos de Duarte y 63 implicados, desde parientes, amigos, compadres, colaboradores y cómplices de empresas fantasma, lo cual engolosinó al mandatario quien a cambio le dio chance de que se mantuviera en el cargo.
Así, el vivillo funcionario, de manera por demás tramposa dejó correr los 24 meses del efímero mandato de Yunes en el equivalente de la zanahoria frente al burro para que al cambio de gobierno y tras la asunción de Cuitláhuac García, le pusiera, en charola de plata, toda la documentación y denuncias por las presuntas raterías de la yunicidad.
Acaso por ello no resulta extraño que el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis), haya interpuesto este fin de semana una denuncia contra quien resulte responsable, por irregularidades en la Cuenta Pública 2017, cuenta que corresponde al mandato de Yunes.
El auditor Portilla Vásquez se llena la boca de honestidad al afirmar que en total “presentaré 9 denuncias” sobre presuntos desvíos en el primer año del gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, por 37 millones 200 mil pesos que involucran a Tecnológicos y entidades del Poder Ejecutivo.
¡Vaya conveniencia!
En realidad lo que busca Portilla al congraciarse con los morenos, es tener la bendición del gobernador para que pueda reelegirse por siete años más.
Lorenzo Antonio Portilla detenta la oficina desde el 2012 fecha en que de manera repetida se han venido denunciando irregularidades en el ORFIS por ponerse de tapete al gobernante en turno, ser una oficina a modo y dejar serias dudas de las cuentas públicas, tan serias que la del 2012 al 2019, para Portilla fueron legales.
Ya por lo pronto, ajeno a los dos pesos que le imputan a Yunes Linares, duerme el sueño de los justos el tremendo boquete que hizo Duarte a las arcas públicas que hasta donde nos quedamos alcanzó los 34 mil millones de pesos.
¿En que paró aquello del lavado de dinero, asociación delictuosa y crimen organizado que arrojó el tema Moisés Mansur Cisneyros, empresario investigado por el SAT por presuntamente ocultar dinero de dudosa procedencia y manejarlo en nombre del gobernador de Veracruz en la compra de 11 departamentos y casas en Florida a través de una empresa fantasma llamada Azerco LLC?.. en nada.
En el limbo también el tema de un centenar de empresas fantasma y por lo menos 33 personas auditadas por presuntamente ocultar y mover dinero de dudosa procedencia.
¿Es que nunca vio ORFIS irregularidades o sólo eran temas de la Comisión de Vigilancia del Congreso y a la Fiscalía estatal?
¿Qué pasó con “Azerco LLC” fundada el 27 de enero de 2012 por Iñaki Negrete González, como parte de los 34 empresarios señalados por presuntamente ocultar dinero de dudosa procedencia y manejarlo en nombre del gobernador de Veracruz… tampoco los vio ORFIS?
Y así hasta el fondo de la cloaca.
Mansur Cyneiros y Negrete González entre agosto, septiembre y octubre de 2013 compraron –ya con Portilla al frente de ORFIS- 11 departamentos en diferentes zonas residenciales de Miami para lo cual desembolsaron un millón 660 mil dólares de dinero lavado ¿Del gobierno estatal?.. ¡Por supuesto!
Alguien se acuerda de Gabriel Deantes, Arturo Bermúdez, Adolfo Mota, Tarek Abdalá, Harry Grappa, el tesorero Carlos Aguirre Morales, Mauricio Audirac, Ivan López, Jorge Carvallo, Erick Lagos, Tomás Ruiz y Vicente Benítez.
¿Supo Orfis de los negocios en Woodland donde tuvo que ver el gobierno de Duarte con sus amigazos José Antonio Chara Mansur Beltrán y su padre quienes huyeron del país?
Lucía Patricia Beltrán Sánchez fue otra de las investigadas por ORFIS en su momento. Ella, con su hermana Mónica, son socias de los “Rojos del Aguila”, empresa beisbolera entregada por gobierno a precio de ganga.
¿La documentación pasó por el escritorio de Portilla? ¿Es que nunca se encontraron evidencias contra Nisim Mansur Cohen, padre del joven empresario y rejoneador Moisés Mansur Cisneyros, quien le heredó a Javier Duarte de Ochoa propiedades millonarias?
¿Acaso ORFIS solo se enteró por el periódico que Mónica Babaya, José Antonio Bandin Ruiz, Moisés Mansur Cisneyros, Rafael Gerardo Rosas Bocardo, José Juan Janeiro Rodríguez e Iñaki Negrete González compraron ranchos, residencias en destinos vacacionales en México y en el extranjero?
La de los 63 presuntos beneficiarios de los 34 mil millones de pesos la completan Óscar Aguilar Galindo, José Manuel Ruiz Falcón, David Alejandro Osorio Aguirre, Alejandra Ruiz Ocampo, Mario Rosales Mora, Alfonso Ortega López y Pablo Héctor Ojeda Cárdena. Fueron además 15 prestanombres, 25 propiedades en México y el extranjero –Veracruz, Ciudad de México, Bilbao y Madrid, España y Estados Unidos- con inversiones parciales superiores a los tres mil millones de pesos.
Demasiadas nombres, demasiadas evidencias.
En este sospechoso entramado lo único que falta es que Portilla –hoy convertido el lustroso morenazo- eche el vómito negro.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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