Los mexicanos somos conscientes de que el país que tenemos actualmente es consecuencia de los actos de muchos gobernantes y servidores públicos voraces; de funcionarios corruptos y de gobernantes licenciosos. Es por ello que cuando Andrés Manuel López Obrador llegó a la Presidencia, muchos esperaban que esos sujetos que tanto daño habían hecho al país iban a pagar por sus actos. Pero no fue así, López Obrador empezó con su discurso del perdón, con su discurso del “chivo expiatorio”.
Para la Cuarta Transformación tanto Rosario Robles y Javier Duarte son “chivos expiatorios”, es decir, sacrificios propiciatorios que se entregaron para calmar la furia de la mafia del poder. No está actuando López Obrador con la contundencia con la que esperamos, pero a los españoles ya les mandó una carta, solicitando se disculpen por las atrocidades cometidas en la Conquista.
El periódico El País comenta que la brillante idea salió de su esposa, la señora Gutiérrez Müeller, coordinadora del Consejo Asesor Honorario de la iniciativa de Memoria Histórica y Cultural de México. A la eminente investigadora le pareció buena idea. El gobierno español rechazó enérgicamente la propuesta, es decir, no se va a disculpar. España, en lugar de estar pensando en disculpas, estaba pensando en conmemorar los 80 años del exilio español. Los españoles estaban pensando en dar las gracias a México por recibir a tantos exiliados.
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