En las últimas semanas no hubo dependencia del gobierno estatal que no se salvara de los señalamientos de nepotismo, influyentismo y amiguismo. Desde el Congreso local, hasta la Secretaría de Educación y cada una de las direcciones y subdirecciones. Esposas, hijos, primas, primos, amantes, chichifos, madres y hermanos fueron colocados en puestos de relevancia, pasando por encima de los derechos de escalafón que cada dependencia tiene.
Pues ahora que ya están todos colocados, el gobierno anuncia que es el tiempo de hacer una reorganización en las dependencias del estado de Veracruz. La Contraloría habla de establecer «lineamientos para Elaborar, Modificar, Autorizar, Validar y Registrar Estructuras Orgánicas y Plantillas de Personal de las Dependencias y Entidades de la Administración Pública Estatal, con la finalidad de verificar que el personal deberá ser el estrictamente necesario».
Por supuesto, no es la primera vez que se hace, cada gobierno llega pregonando con la famosa reestructuración, quesque con fines de austeridad y reorganización. Lo que llama la atención es que el gobierno de Cuitláhuac García lo pregone después de las constantes denuncias de nepotismo, denuncias que no llevaron a nada porque el gobernador nunca reconoció ese nepotismo.
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