Armando Ortiz / Entendemos por qué el gobernador de Veracruz evita las preguntas y las entrevistas, y es que a tres meses de tomar las riendas del estado, sigue sin conectar el cerebro con el lenguaje. En la entrevista que le hace Carlos Loret de Mola se advierte el nivel del gobernador, un comisariado ejidal hubiera dado mejores respuestas. El gobernador quiso ser categórico y señaló que los combates que el fin de semana se reportaron son reacciones de los grupos delictivos ante las acciones que este gobierno está implementando. El gobernador Cuitláhuac García dijo que antes se solapaba a esos grupos delictivos, que se pactaba con ellos, pero que su gobierno no va a pactar. Ante la pregunta de si su gobierno ha mostrado debilidad, Cuitláhuac García dijo: «Los logramos detener», ya que las acciones implementadas comenzaron desde diciembre y que todo lo que se ve en redes sociales, quemas de trailers y mantas colgadas en puentes solo son «acciones propagandísticas». Para rematar el gobernador dijo: «Vamos bien, estamos con éxito». El gobernador dice que, si su gobierno no hubiera actuado, estos grupos seguirían operando. ¿Debemos entender que esos grupos delictivos ya no van a operar?
¿Qué cárteles operan en Veracruz?: “Los que sé que andan aquí operado”, perogrullada de Cuitláhuac García
Cuitláhuac García dijo en el Senado de la República que eran seis los cárteles que operaban en el estado de Veracruz, mejor armados que nuestros policías. Después aumentó uno más y dijo que eran siete. Seguramente Cuitláhuac García tiene un súper servicio de inteligencia que le pasa esa información y por ello puede decir con contundencia que primero había seis y después siete cárteles operando en Veracruz. Sin embargo, preocupa que, en la mañana de este lunes, en el noticiero Despierta de Carlos Loret de Mola, ante la pregunta directa de cuántos cárteles operaban en Veracruz, Cuitláhuac García no hubiera sido tan preciso. Loret de Mola le preguntó si el Cartel Jalisco Nueva Generación fue el que causó los ataques, a lo que el gobernador contestó: «No, es que son varios grupos, aquí operan alrededor de seis grupos delictivos». Loret le volvió a preguntar por el CJNG, a lo que el gobernador respondió que sí, que fue uno de los grupos, «hay otros también que intentaron la reacción». «¿Qué otros grupos?», preguntó Loret. El gobernador respondió: «Los que sé que andan aquí operando, en el norte operan unos, en el centro otros, en el sur». Ante la insistencia del periodista para que diera a conocer qué grupos operan en Veracruz, el gobernador contestó con otra perogrullada: «Los que acostumbradamente se mencionan. Los que ya conoce la opinión pública». Eso es información precisa, de primera mano.
“Yo soy la autoridad y nadie está por encima de mi”, lo dice el Jarocho, jefe de Delegaciones; sabe que Cuic no se mete ahí, porque Zen se podría molestar
Adrián Mota Montoya, mejor conocido en los bajos mundos como el Jarocho, se siente en las nubes, pues jamás en sus días como vendedor de partes de auto robadas imaginó que iba a tener a su mando a tanta gente; particularmente 13 delegados de Educación que están a lo que el señor ordene. Ahora entendemos a la pobre de Diana Santiago, delegada de la SEV en el puerto de Veracruz, quien no le puede decir que no a nada que Adrián Mota le pida. Diana tuvo que colocar a los familiares del jefe de Delegaciones, y no sólo eso, sino que tuvo que inventarles puestos para que estuvieran cómodas las sobrinas y el sobrino postizo. Adrián Mota sabe que a quien ya llaman “pelele”, es decir el gobernador Cuitláhuac García, no se atreverá a poner orden en el desorden de su “favorito” de la SEV. En una nota anterior decíamos que este tipo de funcionarios bandidos conocen de tiempo las debilidades de Cuitláhuac y se están aprovechando de eso. Por lo mismo no es extraño escuchar a Adrian Mota Montoya frente a sus subordinados de Coatzacoalcos decir lo que para él es una verdad incuestionable: “Yo soy la autoridad y nadie está por encima de mi”. Ni siquiera Zenyazen Escobar se atreve a decirle nada a su exguarura, y el gobernador pues no quiere que se enoje con él su secretario de Educación.