Salvador Muñoz / En este momento, ¿cuál pudiéramos considerar que es la ciudad más peligrosa en Veracruz? ¿Coatzacoalcos? ¿Mina? ¿Acayucan? ¿Tierra Blanca? ¿Veracruz-Puerto? ¿Xalapa? ¿Córdoba? ¿Orizaba? ¡Y hasta ahí le paramos! Pudiera usted agregar al momento de leer estas líneas otra ciudad, quizás del norte, que fue las que nos faltaron, pero citar alguna, de un modo u otro, irá en función de dos factores:
El primero: porque de seguro, esta ciudad por los hechos de violencia generados recientemente, esté colocada por medios de difusión diversos, bajo la observación del veracruzano.
El segundo, porque la percepción que tenga de esa ciudad que usted cita, tenga aparte de la referencia escrita en el punto anterior, la experiencia narrada de algún vecino, familiar, amigo…
Por ejemplo, entre los comentarios que recogí con algunos amigos, la mayoría ubica a dos ciudades: Coatzacoalcos y Tierra Blanca… por allí hubo quien citó Misantla y en la zona de Orizaba dijeron que “estaba muy feo”…
Se pudiera entender el comentario de Coatzacoalcos mediáticamente, cuando hace algunos días el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, en un estudio, ubicó a esta ciudad entre las 50 más peligrosas del mundo…
Aunque a ello se le suma la realidad cuando el reclamo social en demanda de seguridad llegó a las calles y en diversos medios del Altiplano, hasta a donde tuvieron que acudir ciudadanos reclamando ayuda por la crisis de seguridad que viven en su localidad.
En el caso de Tierra Blanca, los hechos creo superan cualquier cosa que en medios se hayan manejado aunque a fuerza de ser sinceros, no fue el único punto en que se sacudió la tranquilidad y sosiego de los veracruzanos el pasado fin de semana… pero fue el centro de atención de buenos como de malos.
Las declaraciones de Cuitláhuac García Jiménez en el noticiario de Carlos Loret de Mola ya tienen un contraste…
Recuerden que a principios de enero de este año, García Jiménez declaró durante su participación en la Mesa de las Audiencias Públicas sobre la Guardia Nacional en la Cámara de Diputados, que en Veracruz había (hay) seis cárteles del Crimen Organizado (aunque haya quienes digan que ya son siete) y los 4 mil 700 policías para preservar la seguridad de los habitantes del estado eran insuficientes.
El contraste ahora fue escuchar a un García Jiménez envalentonado haciendo frente al Cártel de Jalisco Nueva Generación, al grado de que los operativos en su contra, “los molestó”.
Por supuesto, no podía faltar el reclamo a las autoridades pasadas que dejaron un caos en materia de seguridad. No debe extrañarnos esta bandera… fue la misma que Miguel Ángel Yunes Linares utilizó contra Javier Duarte de Ochoa.
Lo cierto es que no importa si es Cuitláhuac, Miguel Ángel, Javier, Fidel o Miguel Alemán… Veracruz era paso obligado de enervantes hasta pasado el 2001, cuando las torres gemelas de Nueva York cayeron y las fronter-as se cerraron en Estados Unidos… a partir de allí, el crimen organizado tuvo una “diversificación” en sus actividades como en la división de poderes y empezó a echar raíces en lo que antes era un “paso de servidumbre”…
Ahora, si en lugar de ciudades cambiamos a Gobernadores de este siglo, ¿quién cree que haya hecho mella a la delincuencia durante su ejercicio? ¿Miguel Alemán, Fidel Herrera, Javier Duarte o Miguel Ángel?
¿Por qué omito a Cuitláhuac? porque él mismo se ha deslindado de esta responsabilidad al inicio de su gobierno, porque su promesa fue que a partir de dos años de Gobierno, en materia de seguridad, se han de reflejar los resultados… entonces, pues, habrá que esperar… aunque bien cabría hacernos una pregunta… y mientras, ¿qué hacemos los veracruzanos? ¿no hacer caso a los embates de la delincuencia mientras se prepara la estrategia contra el Crimen Organizado o mientras llega la Guardia Nacional a estrenarse en Veracruz?
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