Juan David Castilla Arcos / Xalapa, Ver. Blanca Ninfa Cruz Nájera inició una huelga de hambre frente a Palacio de Gobierno por la desaparición forzada de su hijo y otros dos jóvenes en Papantla, hace tres años.
El 19 de marzo de 2016, Alberto Uriel Pérez Cruz estaba con Luis Humberto Morales Santiago y Jesús Alan Picante, cuando fueron levantados por elementos de la Policía Municipal.
Doña Blanca aseguró que existen pruebas de que los tres jóvenes fueron entregados a la delincuencia organizada.
«Estoy en huelga de hambre, es una forma de protestar porque no se me ha hecho justicia y no se han encontrado mis hijos», añadió la mujer.
Ella recordó que en octubre de 2017, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió la recomendación 6VG/2017 al gobierno estatal, a la Fiscalía General del Estado (FGE) y al Ayuntamiento de Papantla por la desaparición.
Sin embargo, hasta el momento, ésta no ha sido acatada, toda vez que ni siquiera han sido integrados los expedientes.
La integrante del Colectivo de Familiares en Búsqueda “María Herrera”, mismo que radica en Poza Rica, denunció que los jóvenes fueron llevados a un lugar que los narcos llaman cocina, para quemarlos.
Los forenses recolectaron los restos y los trasladaron a Servicios Periciales (Xalapa), el 7 de abril de 2016.
No obstante, a doña Blanca le informaron, en febrero pasado, después de 34 meses de la desaparición, que los retos no sirvieron para extraer el ADN, pues se encontraban demasiado “carbonizados”.
«Cómo le hago para regresar cuando ya han pasado casi tres años, solicité a la fiscalía el permiso para volver a entrar (a la cocina) ya con el colectivo y hacer búsqueda», enfatiza.
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