Lo mismo está pasando en la presa Yuribia, donde los ejidatarios obligaron al gobierno a negociar. Las válvulas se abrieron hasta que los ejidatarios consiguieron lo que querían, y si no les cumplen, van a volver a cerrar las válvulas. El mismo Zenyazen chantajeó a Cuitláhuac García para que lo hiciera secretario de Educación, haciendo quedar mal al gobernador quien tenía que cumplir los pactos que ya se habían establecido entre Elba Esther Gordillo y la Secretaría de Educación federal.
Cuando a Esteban Moctezuma le preguntaron por qué se había permitido poner a un stripper en la dependencia, éste sólo levantó los hombros y excusó que eran caprichos del gobernador. Ante este panorama, que no salga el secretario de Educación con que no se van a permitir chantajes en este gobierno, si los chantajes, el nepotismo y la ineficiencia son el sello de esta administración.