El concepto de cinismo proviene del latín cynismus, aunque tiene origen griego. El término permite hacer referencia a la impudencia, la obscenidad descarada y la falta de vergüenza a la hora de mentir o defender acciones que son condenables. Cuando le preguntan al flamante secretario de Educación, Zenyazen Escobar García, por su carnal El Jarocho, quien metió hasta el perico a la nómina de la SEV, el ágil bailarín sólo se concreta a decir que el hecho de que tengan los mismos apellidos, nos significa que sean familiares. Lo cierto es que el aprendiz de funcionario va meter las manos a la lumbre por su exguardaespaldas, ya que no le conviene que El Jarocho abra la boca; este siniestro personaje sabe muchos penosos secretos.
Por cierto, a la que no han tocado todavía los medios es a la oscura y prepotente subsecretaria de Educación Básica, Maritza Ramírez Aguilar, quien ella misma a bocajarro y estando a medios chiles decía «que era una mismísima perra de muchas chichis», pero como decía la tía Lolo Navarro, «pero esa es otra historia».
Por otro lado, la diputada Rosalinda Galindo Silva también evade hablar del tema, esta señora sólo se la pasa señalando que su familia es honorable. Eso nadie se lo discute, lo ilícito es valerse del cargo popular para arrimar acercar a los suyos al fogón de la nómina. Total, el gobernador les enseñó el caminito, poniendo a su primo en Finanzas. Y si usted piensa que estos funcionarios van a recular, se equivoca, sólo simularán y cambiarán de oficina al “orgullo de su nepotismo”. Ni hablar, aún no llegan los aires de la cuarta transformación a Veracruz.
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