El último día del bienio anterior hasta hicieron fiesta, dieron atole, gorditas y soltaron gritos de repudio a un gobierno que no pagó las supuestas deudas. Una vez que entró el nuevo gobierno, encabezado por un morenista, los empresarios hicieron fila, se sobaron las manos, algunos ya estaban haciendo planes para ver en qué se iban a gastar ese dinero; hubo quienes ya se veían en las Baleares, gozando de unas merecidas vacaciones.
Pero oh sorpresa, no le pagaron, no les han pagado ni se ve para cuándo les pagarán. Lo que es peor, al parecer no los han buscado para contratar sus servicios, pues esos enjuagues los lleva el primo incómodo y ese tiene sus propios proveedores y contratistas a los que les podrá sacar más del 20 por ciento de moche. ¡No digan que no se los dijimos!