La gira de trabajo de este fin de semana ha llevado al presidente, López Obrador, al estado de Jalisco. En aquella entidad, además de presentar algunos de los programas que su gobierno ha puesto en marcha para mejorar la vida de la población en situación vulnerable, el mandatario aprovechó para decir que ya está cansado de tanta confrontación, y de tantos dimes y diretes que han estado presentes desde el inicio de su administración. En este sentido, dijo que ya es momento de olvidar viejas rencillas, y de ponerse a trabajar por México.
“Ya chole. Ya que se vaya por un tubo. La politiquería y la grilla ya me tienen hasta el copete”: fue lo que dijo AMLO en su discurso. A este evento, como ya es costumbre, acudió el gobernador de aquel estado, Enrique Alfaro, y para dejar en claro que el tiempo de la reconciliación ha llegado, el jefe del ejecutivo federal pidió a Carlos Lomelí, el morenista que compitió por la gubernatura, la cual perdió, a que subiera al escenario y se diera la mano y el abrazo de la paz con Alfaro. Cabe mencionar que estos dos personajes han mantenido un enfrentamiento mediático.
Ya veremos si después de esta acción por fin ambos olvidan viejas rencillas, o si eso de darse la mano fue un mero circo para darle gusto al presidente. Por cierto, ha llamado la atención que contrario a lo que había venido sucediendo, en Jalisco el gobernador no fue abucheado, ni durante su presentación, ni durante su discurso. De hecho, Enrique Alfaro llevaba sus porras bien organizadas que no dudaron en aplaudir cada una de las intervenciones del gobernador. Al parecer, eso del protocolo de abucheo para la oposición, no surtió efecto en aquella entidad.
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