Mientras Arturo Hérviz y Margarita Guillaumín controlaban el PRD en Veracruz, Cuitláhuac no tenía oportunidad de buscar algún puesto de elección popular; siempre fue relegado, pero eso no lo desanimaba para seguir mostrando su apoyo al proyecto de López Obrador. Cuenta el periodista Armando Ortiz que en algún momento quiso iniciar un proyecto de radio por internet, y para ello lo citó en la colonia Modelo, donde se habló de un proyecto que nunca se concretó. Pero Cuitláhuac nunca dejó de apoyar a AMLO, ese fue su gran mérito.
Por ello fue merecida la nominación como candidato a la diputación federal, por ello ganó la diputación federal, porque era honrado, honesto. Pero ya siendo diputado algo pasó. Todo le empezó a cambiar, desde sus declaraciones obtusas, «que Xalapa se rasque con sus propias uñas», hasta el desdén por la inteligencia. Se rodeó, o se dejó rodear de una “bola de pendejos” que sólo lo están empinando, que ya se dieron cuenta de sus debilidades, de su pusilanimidad y creen que pueden aprovecharse de ello.