Al no ser considerada como “ente lucrativo” la UV puede manejar sus recursos a su propio arbitrio pues sabe que está “exenta de entregar reportes contables sobre las empresas que contratan como proveedores, como sí lo deben hacer las empresas lucrativas ante el Servicio de Administración Tributario (SAT)”. Por eso no se le puede creer a Sara Ladrón cuando dice que tiene una impecable política de transparencia; ella sabe que es mentira. Ya hay una universidad a la que se le han congelado las cuentas; no sabemos si es la UV, pero podría ser.
Ya es una vergüenza que la Universidad Veracruzana esté involucrada en estos temas de la “estafa maestra”, en temas de contratación a empresas fantasmas. Sara se llenó la boca para desmentir que la UV estuviese involucrada en una investigación, como dijimos, se envolvió en el lábaro patrio y se arrojó por los balcones de rectoría; ridícula. Ahora vamos a esperar a que desmienta a Animal Político, pero de entrada a Sara Ladrón ya no se le cree nada, la muy opaca, densa, nebulosa.