Virginia Durán Campollo / Al igual que los gobiernos pasados, en el actual régimen hay simulación en algunas acciones. Quienes votamos por el cambio, ansiamos las transformaciones que se prometieron. Del 53 por ciento que le dio mayoría, un porcentaje no fueron sus seguidores sino una bandera, se pensó puede llevar a cabo lo que el país tanto necesita. Todos los días brota pus, en todas partes. El daño está hecho y se extendió a muchos sectores de la sociedad. La clase gobernante, fue la corruptora. Al imponer un estilo tan beneficioso, cayeron muchos en el fango. La tarea es titánica y la cirugía debe llevarse a cabo con firmeza y determinación, cuidando el menor detalle.
*** Nos están midiendo a todos, con la misma vara. Barren parejo y afectan a miles de personas, que han sido apartidistas y por lo mismo lejanas de cualquier otro interés más que el de hacer bien su trabajo. Dedicadas y preparadas, que son remplazadas por los leales del caudillo. No importando la afectación, que esto propicia en los intereses de la nación. Despiden a grandes grupos de trabajadores, de diferentes instituciones que se vuelven desempleados sin deberla ni temerla. ¿Cómo sobrevivirán se preguntan?
*** Están repartiendo el dinero y descuidando las inversiones. Es mentira que se puede activar el turismo y estas mismas, en un país harto sangriento. Considerado en el mundo, una gran fosa. Eso no es cuento, ni critica mal sana de sus enemigos políticos sino una realidad. La exigua clase media, burguesía, trabajadora está en medio aplastada. Los generadores del dinero como la pequeña y mediana empresa, fastidiadas por la delincuencia organizada que no para un día, así anuncien a la Guardia Nacional y sus supuestos beneficios. Los que pagan impuestos carísimos e ineficientes. Que están padeciendo, para alcanzar la canasta básica en las nubes. Los cobros anárquicos en la gasolina, luz y gas. Los comercios, que cierran y los dueños emigran a otros países los que pueden. Los pobres, por muy pobres y los muy ricos no sufragan tributaciones.
*** El caso Veracruz es vergonzoso. En resumen trágico, hay quienes extrañan al duartismo y comparan al mandatario muy por debajo de MIYULI y eso sí trastorna, porque éste último no hizo nada. No pueden con el narco porque los supera, pero que no lo hagan con la delincuencia casera es insoportable. Vivimos en el terror, porque se levantan a cualquiera para cobrar hasta 5 mil pesos. No se puede estar en ningún centro de diversión, por la zozobra. La mafia de los taxistas, los de las motos, del robo a casa habitación a cualquier hora del día, ¿no se puede frenar? Son cientos de millones de pesos, los que se asigna para la seguridad y causa sospechosísimo si no se usa en eso, a dónde va a parar. No dudamos que el caudillo- así lo ven sus seguidores- pueda tener buenas intenciones y ser lo mejor que nos pudiera pasar en el rescate del civismo y la moral. El pueblo sabio piensa que no hagas cosas buenas, que parezcan malas. Veremos en cuanto tiempo, las aguas toman su nivel.
*** Desde Playa del Carmen, Quintana Roo, nos informan que franquicias empiezan a cerrar, pues han llegado los malos a exigirles, les dejen meter su mercancía a los baños de los lugares. Cadenas de 60 empleados, que van a la calle pues no pueden trabajar con ese tipo de presión. La mayoría de los estados del país, están así o peor. Que puede importar los proyectos presidenciales de inversión, si no tenemos tranquilidad.
*** Y para las agruras del mole…usted sabrá qué tomar. Hasta la próxima.
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