Miente Cuitláhuac cuando un día dice que los veracruzanos vivimos en seguridad, y otro día dice que hay más de cinco bandas del crimen organizado más equipadas que sus policías. Miente Patrocinio Cisneros cuando dice que él no mete las manos en el Poder Legislativo, pero tiene todo su cuerpo obeso adentro de la tina de mierda que llenó en los pocos días que ha sido secretario de Gobierno. Mienten los diputados, mienten los diputados y traicionan.
Los funcionarios públicos ya están llevando cursos intensivos para robar sin dejar huella y por eso buscaron instructores del fidelismo y del duartismo para que les den unas clasesitas. En Veracruz mentir, robar y traicionar va a ser un triálogo obligado, un triálogo que sólo los pendejos no llevarán a cabo. A fin de cuentas, para muchos funcionarios la vida sólo dura seis años.