Estas cifras colocan a Veracruz como el estado que más avance tuvo en incidencia delictiva; Veracruz ya es número uno en secuestros y en feminicidios. En esta ocasión el gobernador no podrá discrepar de los datos que arroja la Secretaría de Gobierno que preside doña Olga Sánchez Cordero, quien por cierto ya le ha dado sus buenos jalones de oreja.
En lugar de estarse peleando con las instancias de justicia y procuración de justicia, el Ejecutivo debería coordinarse para que los índices delictivos bajen. Pero ya ve usted, el caprichoso gobernador no se quiere sentar con el fiscal; al parecer sus berrinches ponen en riesgo la seguridad de los veracruzanos.
