Armando Ortiz / Reporta el periodista Ignacio Carbajal que la señora Isabel Miranda de Wallace, directora de Alto al Secuestro, felicitó desde su cuenta de Twitter al secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, quien boletinó como secuestradores a cinco sujetos que sólo acudieron al llamado de una madre que buscaba anexar a su hijo alcohólico. La señora Miranda de Wallace, quien fue protagonista de varios montajes, el último en donde muestra a la supuesta secuestrada por Nestora Salgado, escribió: “Felicitamos a las @SP_Veracruz por la detención de 5 presuntos #Secuestradores y la liberación de la víctima”. Reporta Ignacio Carbajal que las cinco personas detenidas acudieron al llamado de la madre que pidió anexaran a un centro de rehabilitación de alcohólicos a su hijo ya incorregible. Pero el hijo grito que lo secuestraban, un taxista escuchó y las personas fueron detenidas, el alcohólico liberado para seguir chupando con los amigos. Fue la madre del sujeto quien acudió a declarar a favor del personal del anexo. Todo esto pasa por no seguir con los protocolos pertinentes, por la urgencia de mostrar logros en una corporación que sólo tiene yerros y por la mala comunicación social que existe en todas las dependencias.
Arias Consultores, en Veracruz las encuestas pagadas no ocultan nuestra realidad
Arias Consultores podrá decir que Veracruz es una sucursal del Paraíso, podrá decir que tenemos al gobernador más dilecto de todo México, al más inteligente, al que mejor conecta su cerebro con el lenguaje. Pero la realidad supera cualquier encuesta. En lo que va del sexenio de Cuitláhuac García, menos de tres meses, ya son 400 asesinatos; entre estos asesinatos varios feminicidas. A esto hay que sumar los secuestros, las extorsiones, el robo. Pero no sólo debemos hablar de inseguridad, en Veracruz también hay ingobernabilidad. El secretario de Gobierno se ha pelado con todos los sectores: con la Fiscalía y su fiscal, con el Congreso y sus diputados, con los municipios y sus alcaldes, con la iglesia y sus prelados, con el gabinete y sus miembros, con la misma ciudadanía, pero sobre todo Éric Cisneros vive peleado con la realidad. A esto hay que sumar que en Veracruz no hay Plan Veracruzano de Desarrollo, no hay proyectos, no hay horizonte. Lo que agrava la situación es que el gobernador no quiere entender su condición de inepto, pues le gusta que sus allegados le doren la píldora llamándolo “jefe”, “eficiente”, “maestro”, “elocuente”. Lo dicho, en Veracruz las encuestas pagadas no pueden cubrir esta realidad.
Servicio Urbano de Xalapa, camiones en pésimas condiciones; en las terminales se comportan como patanes
Ya hemos hablado del problema del Servicio Urbano de Xalapa, que no sólo se ha adueñado de las calles con sus camiones viejos, con motores contaminantes y choferes que se comportan como patanes. Pero en esta ocasión Bernardo Belliza pone el punto sobre las íes: “Y es que Xalapa está hecha un caos en todos los sentidos, podemos empezar con el servicio público, desde el Servicio Urbano de Xalapa que cuenta con unidades caducas y viejas en pésimas condiciones, agregando que sus chóferes no tienen una mínima idea de los que es la cultura vial, no reciben capacitación en este materia, lo que origina el pésimo servicio que actualmente tenemos, además de que por el trazo de las calles hace verdaderamente imposible el transitar de estas unidades. De igual manera el conductor de taxi, que salvo algunas honrosas excepciones todos los demás son déspotas, irrespetuosos, traen unidades en pésimas condiciones y de igual manera tienen cero conocimiento de lo que es la cultura vial”. A esto se suma la manera arbitraria como se apropian de espacios públicos haciéndolas sus terminales. Ahí se permiten de todo, música a todo volumen, basura que barren de sus autobuses; hacen de las banquetas su centro de lavado y las calles adyacentes su patio de maniobras. Pero ni se le ocurra reclamar a estos sujetos, quienes de inmediato le salen con la cantaleta de que ellos ofrecen un servicio importante a la ciudadanía y por ello hay que aguantarlos. ¿Pero hay que aguantarlos?