Nadie los contradice, pero cuando se trata de ocupar puestos en los que es el intelecto y no el cuerpo lo que se debería valorar, entonces nos deberíamos preocupar. Si usas el cuerpo para ganar el dinero de los que disfrutan tus contoneos, quién lo discute, pero si usas el cuerpo para acceder a un puesto público, es tan censurable para un hombre como para una mujer.
Sergio Mayer llegó a diputado después de ser stripper; Zenyazen Escobar llegó a secretario de Educación gracias a ser stripper en Poza Rica, donde alguien lo contempló y se prendó de él; David Alexir Ledesma apenas tiene tres semestres de Comunicación, pero tiene un cuerpo joven, que ofertaba en redes sociales y ya es subdirector de prensa en Conacyt. ¿Qué es lo que está pasando? Como dice Borges, uno es un caso, dos, coincidencia, pero tres lo confirma, hay una regla. ¿Será que la Cuarta Transformación está saliendo del closet?