Édgar Landa Hernández / Recién circuló una noticia en diversos medios informativos, donde una madre de un adolescente estaba indignada por el trato que un maestro de Educación física le había dado no sólo a su hijo sino a todos los demás chicos de su curso.
El maestro, “muy canalla” puso a correr durante diez minutos a su angelito. A tal grado que el pobre chico terminó rendido y a punto de volver el estómago de tan tremendo esfuerzo físico que le propinó este ¡deleznable! ser llamado maestro.
Lamentablemente hoy en día nosotros como padres estamos creando personas flojas, que únicamente quieren estar sentados frente a un monitor o a un móvil sin acaso hacer el mínimo de ejercicio que el cuerpo requiere para un mejor desenvolvimiento físico y sobre todo mental. Es esta generación de los llamados ¡millennials! La mayoría de jóvenes han dejado de ver en el ejercicio una forma de mantenerse sanos y lejos de los vicios que son frecuentemente recurrentes en nuestros jóvenes.
Es de recordar que anteriormente los maestros de educación física, además de respetarles como tal, nos ponían una serie de prácticas deportivas en pro de nuestro desarrollo, inclusive aun siendo época invernal, y más en esta ciudad capital que su entorno se cubría de neblina y chipi chipi.
Si seguimos con esta tónica de convertir a nuestros hijos en esclavos de la tecnología, próximamente empezaremos a ver a seres atrofiados en su conducta motriz, así como la falta de capacidad de desarrollar actividades al aire libre. Hoy debemos de aceptar una cruda realidad y concebir una solución a este tipo de problemas empezando a hacer ejercicio paulatinamente para que no suceda este tipo de situaciones.
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