Brenda Caballero / Si a algo soy adicta, es a las noticias. Soy de las que hace ejercicio, se baña y maneja escuchando los noticieros. En el transcurso del día no puedo dejar de checar Twitter en el celular (es lo mejor en noticias al momento) y ya para dormir, para arrullarme, pues prendo el televisor… sí, en un canal de noticias. Para muchos puede sonar aburrido y les doy la razón… a veces cansa, sin embargo, cansa más ver cómo matan a mujeres todos los días en el país, ver que no paran los feminicidios en las noticias. Ya lo dijo la diputada federal Wendy Briceño: hay una emergencia en materia de violencia de género, pues se cometen 9 feminicidios diarios en el país.
Incluso hasta el mismo huachicol prende un nuevo tipo de feminicidio: morir “por pertenencia del enemigo”. Así lo describe María Salguero en su mapa, donde coinciden ductos de Pemex con un incremento de Feminicidios. Y no es porque las mujeres se dediquen al huachicoleo, sino que por tener el control entre la guerra de cárteles, la violencia y muerte afecta a las mujeres que son “esposas de”, “madres de”, “familiares de”…
Ante esta situación y entre todo ese mar de noticias de la semana pasada, parece haber una esperanza ante los feminicidios, una luz que puede abatir la oscuridad de las mujeres violentadas: “la prisión preventiva oficiosa”, es decir, la cárcel directa, en automático. Y es aquí donde se da la controversia, pues defensores de Derechos Humanos han expresado que de acuerdo a la Constitución y al Código Nacional de Procedimientos Penales, se puede solicitar la prisión preventiva para todos los delitos.
Recordemos que para los diputados federales, el feminicidio y el abuso sexual a menores no eran delitos graves. Incluso, al ampliar el catálogo, solamente propusieron como tales el robo de combustible, corrupción y delitos electorales y habían desechado los delitos de feminicidio, robo a casa-habitación, violencia sexual contra menores y robo a transporte de carga porque se argumentó la violación a la presunción de inocencia.
Pero ¿acaso no se ha violado la presunción de inocencia de algunas personas cuando les dieron prisión preventiva oficiosa por “haber cometido” secuestro, violación, delincuencia organizada, homicidio doloso, trata de personas, delitos cometidos con armas, explosivos o actos de terrorismo? Claro que sí. Incluso en la vox populi se dice que las cárceles están llenas de inocentes.
¿Entonces? Definitivamente hay controversia. Y puede que tengan razón los defensores de los derechos humanos como la misma Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudc) que dice que en lugar de aumentarse los delitos, debe erradicarse la prisión preventiva hasta en los delitos graves, pero yo no estoy de acuerdo… creo que al catalogar a los feminicidios como delito grave no es una medida populista, sino puede ser una esperanza para que los feminicidios disminuyan o que ya no se incrementen. Y ante el panorama que se vive en México, ante las 9 mujeres diariamente asesinadas, creo que vale la pena intentarlo.
Y mientras se discute esta iniciativa, en el Senado ya se aprobó el acuerdo que exhorta a la Secretaría de Gobierno y a las entidades federativas a garantizar y prevenir la seguridad de las mujeres y niñas, así como a combatir la violencia y el feminicidio.
Por cierto, llama mi atención lo que está haciendo la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México donde entregará a 128 mujeres que están en riesgo de ser víctimas de feminicidio, geolocalizadores con botones de pánico para prevenir las agresiones por parte de sus esposos. Sin duda habrá quien considere ridícula la medida, pero puede funcionar y todo lo que pueda servir para salvar a una mujer, no tiene precio ni comentarios.
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