Con Javier Duarte el problema no tuvo solución. Al parecer los encargados de la Seguridad Pública en ese entonces también recibían su “parte” por dejar operar estas bandas de la delincuencia organizada. En los tiempos de Yunes Linares la opción que dieron a los comerciantes fue no pagar y denunciar. Pero no hubo garantías de seguridad y los delincuentes asesinaron a los que no les pagaron. A poco más de dos meses de entrar el gobierno de Cuitláhuac García, la situación sigue sin ser solucionada.
Este jueves dos personas, en diferentes comercios, fueron asesinadas. Una era lideresa de comerciantes, el otro un joven dependiente de 17 años. Mientras tanto, el gobernador y sus huestes están más preocupados en sacar a Jorge Winckler de la Fiscalía que en brindar condiciones seguras a los veracruzanos. Esas son sus prioridades, es por ello que Veracruz está enfrentando un baño de sangre inédito.