Virginia Durán Campollo / Lo actos del gobierno actual federal, se balancean entre aciertos y desaciertos. No solo nos polarizan-chairos-fifi- sino desequilibran, pues parecería no hubiera rumbo. Como que no saben, que no saben. Ivonne Cisneros, muy cercana a AMLO, lo describe: sabemos ser oposición, pero no sabemos gobernar. Es un acto de honestidad, finalmente, pues es lógico que muchos de la 4T nunca habían tenido cargos públicos. Esto se replica, al parecer, en varios estados de la República por lo que trasciende en las redes sociales y medios de comunicación. La lealtad es una virtud, pero no es suficiente para administrar un país. Se ha dado prioridad a los fieles, sin estos tener el perfil adecuado para puestos claves, representativos y de gran responsabilidad. México está en un gran abismo y tanto pueblo como gobiernos, tienen que actuar con mucha inteligencia y sensatez. El grado de dificultad que tiene el mandatario es lógico, ya que no se pueden arreglar las cosas de un día para otro.
*** Sin embargo, hay situaciones que parecen una insensatez para una mayoría. Si verdaderamente tienen el pulso, lo saben cómo el que haya más gasto que ingreso. Que no dejan de brotar los actos de corrupción, pero que están ausentes los delincuentes. Es una ofensa a la inteligencia, el que no encuentren motivos para aplicar la ley a líderes corruptos que gozan de cabal salud. Familiares de ex funcionarios responsables de la debacle, que hacen vida “socialite”- sin mayor vergüenza- como los hijos de Peña Nieto. Fueron los excesos los que lo que harto y la mitad de esos 30 millones votaron por el cambio. No se puede caminar sobre el agua sin hundirse. La Patria es primero.
*** Los mexicanos deben de reflexionar, que esto no es un juego deportivo de equipos preferidos, sino un país. Aquí se trata de la unidad, para aportar y salir adelante. Aceptar la crítica fundamentada y valorar el desacuerdo. México está de por medio. No estamos aún inmersos en conflictos de carácter civil, pero no corramos el riesgo. Faltan seis años y nuestro deber cívico, es señalar los errores y exigir se cumpla a cabalidad lo ofertado.
*** El caso Veracruz es de reflexión severa. No son solo los detractores del gobernador, es la realidad. Trascienden una serie de errores, que están cometiendo los secretarios de despacho. Resaltan la soberbia, prepotencia, despotismo como norma incluso en los diputados. En resumen los mismos vicios que los prianistas. La información viene de los empleados. Están enloquecidos con el cargo. Jefes de departamentos, que derrochan con los amigos a quienes tienen incrustados y están más estultos que los perredistas, en eso de los conocimientos del área. La elección de la mayoría de los secretarios, causa inquietud sobre todo en Seguridad Publica, Salud y Educación. Fundamentales para el desarrollo de la comunidad. Pareciera no quieren atender. No será suficiente escudarse con la presencia de AMLO, las exigencias están en la mesa. No queremos agradecimientos los veracruzanos sino que nos escuchen. La atroz administración panistas pasada, fue la clave del triunfo además del efecto domino y deben saberlo. Hay un enorme reto, que solo con personas preparadas y voluntad política logrará resarcir las heridas de los veracruzanos. Mano muy firme y un manotazo sobre el escritorio, es urgente.
*** Y para las agruras del mole…usted sabrá que tomar. Hasta la próxima.
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