El SNTE es como un ogro filantrópico que se retuerce y se niega a cambiar. Su actual líder, un maestro de bajo perfil que se niega a aceptar que su puesto al frente del sindicato más grande de América Latina sólo es pasajero, se resiste a que entre la democracia al SNTE. Él se refugia en la supuesta legalidad que le otorgaron un grupo de delgados en el mes de febrero del año pasado, sin embargo, olvida que las reglas han cambiado y que él tiene que ajustarse a lo que digan las mayorías.
Y en este momento, los maestros mexicanos le están apostando al voto libre y universal. Así que sólo será cuestión de días para que Alfonso Cepeda Salas tenga que sacar la convocatoria para renovar al actual Comité Ejecutivo Nacional. No hay vuelta de hoja, eso quieren los maestros y eso también desea el presidente López Obrador, a quien por cierto, Cepeda y compañía no apoyaron.