Su hermano, asustado, corrió a casa, la cual se encontraba cerca del sitio y alertó a sus padres, quienes salieron a prisa para intentar frenar el ataque. Mientras tanto, Diego forcejeaba e intentaba liberarse sin lograrlo, el animal lo superaba en peso, tamaño y fuerza.
Tejada Abdulhasan, padre de Diego, llegó tan pronto que se acercó a ambos seres vivos y golpeó con fuerza la cabeza del cocodrilo, no obtuvo respuesta favorable para que soltara a su hijo. Lo sorprendente fue cuando el señor decidió morder la parte blanca de las patas del reptil, mismo que en pocos segundos soltó al niño y se sumergió en lo profundo del cuerpo de agua sin su presa.