Dice la biblia, que del corazón habla la boca, ya que los motivos nacen de éste. Y seguramente el dolor de sentirse discriminada por el nuevo presidente, o de haberla hecho menos, junto con el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), que presidió durante un buen tiempo, motivó a la Consejera estrella del INEE, Sylvia Schmelkes del Valle, a que advirtiera que con base a la experiencia nacional e internacional, ser juez y parte en los procesos de evaluación produce errores y evaluaciones “a modo”.
Lo anterior en clara referencia a la iniciativa de Reforma Educativa del presidente Andrés Manuel López Obrador, que pretende, entre otras cosas, eliminar al INEE. Desde el seminario “Los Retos para la Calidad y/o Excelencia Educativa”, organizado por la Universidad de Guadalajara, Schmelkes del Valle manifestó su sentir. Y es que según esta consejera, se debe garantizar que la calidad y la equidad educativa se cumplan a partir de medidas objetivas y argumentos sólidos.
Dijo que si la Evaluación Educativa no la realizada un órgano constitucional autónomo, se rompe con el sistema de contrapesos y va contra la calidad y equidad educativa, el interés superior de la niñez y contra el derecho de garantizar una educación de calidad para todos. En otras palabras, el INEE es indispensable. Lo que no reconoce es que el INEE asumió el papel de verdugo magisterial, con mucha eficacia.
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