Pero no había tales encuestas, esas presuntas encuestas eran sólo una excusa, pues de sobra se sabía que la familia le compró a la señora Ferráez la diputación, y es que ella quería ser funcionaria pública para mostrar a los electores lo buena que podría ser en el puesto que la pusieran. Cuitláhuac la cobijó, se la llevó literalmente a varios bailes y en algún momento hasta se dijo que Ana Miriam podría ser la primera dama de los veracruzanos.
De entrada, le prometieron el DIF Estatal, pero alguien debió hacer entrar en razón al entonces gobernador electo y le dijeron que no era posible poner en el DIF Estatal a una mujer a quien le habían quitado la custodia de sus hijos. Entonces la dejaron ser diputada, y ya conoce usted la historia.