Dice el poema de Salvador Díaz Mirón: «No intentes convencerme de torpeza/con los delirios de tu mente loca:/mi razón es al par luz y firmeza,/firmeza y luz como el cristal de roca». Y es que muchos enemigos políticos intentan culpar al presidente de México de lo ocurrido en Tlahuelilpan, Hidalgo. Dicen sus enemigos políticos que, si AMLO no hubiera iniciado el combate contra el huachicoleo, la tragedia nunca hubiera ocurrido.
Algunos obtusos intentan culparlo como si él hubiera provocado la fuga, exhortado a los pobladores a que fueran por gasolina gratis, para después el mismo López Obrador encendiera la chispa que provocó la explosión. Las cosas no son así. El presidente López Obrador en sus conferencias de prensa ha sido prudente y no culpó a los pobladores por la tragedia, tampoco culpó al gobierno de Hidalgo de Omar Fayad.
Antes bien, prudente señaló que lo ocurrido es consecuencia de años y años de corrupción que han orillado a la gente a la pobreza; los pobladores de Tlahuelilpan, dijo AMLO, «actuaron con inocencia». Pero al mismo tiempo el presidente ha sido firme al señalar que el combate al huachicoleo seguirá, porque él no será rehén de la delincuencia.
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