Édgar Landa Hernández* / Justo el día de ayer en su conferencia matutina, el ejecutivo federal advertía a la Población a “no Robar” gasolina de ductos perforados, ya que era una acción muy riesgosa que les podría causar sucesos funestos.y del dicho al hecho, cómo lo dice el populacho. Horas después, en una zona de Hidalgo, un estruendo junto con llamaradas enormes cubrían parte de las personas que ahí se habían congregado para llenar sus bidones.
Cientos de gentes, adolescentes y adultos, incluso niños hacían fiesta del torrente flamable que salía sin discreción alguna. Mientras que escasos miembros del Ejército, de la policía federal y estatal únicamente observaban, ya que los pobladores los doblaban en su contingente. Se mantenían al margen.
Ver a los pobladores convertidos en teas humanas, desgarrando gritos de dolor y desesperación fueron el común denominador durante varios minutos. Fue ahí cuando se dieron cuenta de la mala decisión que habían tomado. Ya todo estaba consumado.
Únicamente había que esperar los reportes así como los nombres de las personas que lamentablemente perdieron la vida, y “todo por un garrafón de gasolina“.
*Miembro de la Red Veracruzana de comunicadores. A.C.
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