Poco después de la explosión del ducto de Pemex en Tlahuelilpan, Hidalgo, algunos dijeron que si las fuerzas del orden, que se encontraban presentes, hubieran actuado la desgracia no hubiera sucedido. Y es que se ha reportado que, luego de los primeros reportes de la fuga, al lugar arribaron integrantes del ejército pero que se mantuvieron al margen de todo, fueron meros espectadores de la situación en lugar de tratar de dispersar a quienes estaban llegando para abastecerse de gasolina.
Ya el presidente, Andrés Manuel López Obrador, se ha referido a este tema y ha dicho “nosotros no vamos a apagar el fuego con el fuego, no vamos a enfrentar la violencia con la violencia, así no se puede enfrentar el mal y eso está demostrado. Al mal hay que enfrentarlo haciendo el bien”. La decisión que se ha tomado en este caso, y en todo lo que tiene que ver con la política de seguridad, es atender las causas que originan los hechos ilícitos, dijo durante en un encuentro con medios de comunicación.
Muchos se han pronunciado ya en torno a esta última declaración del presidente y han señalado que no se trataba de generar violencia sino de que las fuerzas del orden garantizaran justo eso, orden. Hoy ya es muy tarde para lamentarse, pero estamos a tiempo para que no se vuelva a repetir una desgracia más como la de Hidalgo. No se trata de combatir el fuego con el fuego o la violencia con más violencia, se trata de garantizar el orden y la seguridad de las personas.
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