«En las personas que no han superado sus traumas de la infancia suele percibirse un cúmulo de ira. No necesariamente son personas violentas. Lo que sí suelen ser es poco tolerantes a la frustración y dadas a reaccionar agresivamente». Otro rasgo, señala esta revista especializada, es la infravaloración personal, es decir, «las personas que no han superado sus traumas de la infancia suelen tener también problemas para valorarse a sí mismas. O se sienten muy por debajo de los demás o se sienten muy superiores. Esto último es solo en apariencia. Un mecanismo para compensar la pobre opinión que tienen de sí mismos».
Al parecer, estos dos rasgos son determinantes en la conducta del secretario de Gobierno, un sujeto poco tolerante, dado a reaccionar agresivamente y con una tendencia a sentirse superior para compensar la pobre opinión que tiene de sí mismo.