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Patrocinio Cisneros quedó huérfano; por eso es como es, poco tolerante, con una tendencia a sentirse superior para compensar la pobre opinión que tiene de sí mismo

Armando Ortiz / La respuesta de un secretario de Gobierno a la solicitud de apoyo por parte de un municipio para los festejos de los 500 años de fundado el puerto de Veracruz, primer municipio de América: “Yo soy huérfano desde hace 25 años y todo lo que he hecho en mi vida, no he necesitado de mi papá como otros”. De acuerdo con una revista especializada en psiquiatría, la perdida del progenitor provoca ciertos traumas que se desarrollan en el adulto. Uno de esos traumas es Irascibilidad, mal humor, frustración, rasgos que en Patrocinio Cisneros afloran en su personalidad: “En las personas que no han superado sus traumas de la infancia suele percibirse un cúmulo de ira. No necesariamente son personas violentas. Lo que sí suelen ser es poco tolerantes a la frustración y dadas a reaccionar agresivamente”. Otro rasgo, señala esta revista especializada, es la infravaloración personal, es decir, “las personas que no han superado sus traumas de la infancia suelen tener también problemas para valorarse a sí mismas. O se sienten muy por debajo de los demás o se sienten muy superiores. Esto último es solo en apariencia. Un mecanismo para compensar la pobre opinión que tienen de sí mismos”. Al parecer estos dos rasgos son determinantes en la conducta del secretario de Gobierno, un sujeto poco tolerante, dado a reaccionar agresivamente y con una tendencia a sentirse superior para compensar la pobre opinión que tiene de sí mismo.

Cuitláhuac García y las mujeres; la misoginia política del gobernador

Desde que Cuitláhuac García tomara las riendas del estado de Veracruz se han registrado más de 20 feminicidios; serían más si se hace caso a la recomendación del propio gobernador quien señaló que todas las mujeres que mueren se cuentan como feminicidios. Cuitláhuac García podrá tomarse fotos con Lucy Díaz y presumir que está haciendo caso a los Colectivos, podrá declarar que se está combatiendo el feminicidio en Veracruz, así como decían los abuelos, «de dientes para afuera». Pero son sus actitudes y sus berrinches lo que muestra su verdadero sentir frente a las mujeres. Al no acudir a la inauguración del Centro Integral de Justicia para la Mujer, sólo porque es una obra que la Fiscalía del Estado levantó, no está desdeñando a Jorge Winckler, sino a las mujeres de Veracruz. El centro será un refugio de atención para las mujeres que son amenazadas o que sufren ataques en contra de su integridad física o psicológica; un refugio jurídico que las auxilie cuando se sientan en peligro. Pero para Cuitláhuac García ese centro es un edificio que su administración no hizo y por lo tanto no cuenta. Eso es misoginia política, eso sólo se espera de un funcionario inmaduro que gobierna con sus intestinos y no con el cerebro. Por cierto, ¿cuándo va a conectar el cerebro con la realidad el novel gobernador?

¿Y para qué quiere Hipólito Rodríguez 80 millones extras? Para meterlos al banco

Recientemente nos enteramos que el alcalde Hipólito Rodríguez no ocupó todos los recursos que le entregaron al ayuntamiento de Xalapa. El alcalde, como el esclavo inicuo de la parábola de Jesús, metió 600 millones de pesos al banco para ganar intereses. Ahora el gobierno de Veracruz deberá pagar al alcalde de Xalapa 80 millones que desde el sexenio de Javier Duarte no le habían entregado. Algunos dicen que deberían ser 250 millones de pesos, pero el alcalde se conforma con 80 millones y 80 le van a dar. El alcalde se alegra de que le va a llegar ese inesperado recurso pero, ¿para qué quiere Hipólito Rodríguez ese dinero? Pues seguramente para meterlo a una de las tantas cuentas que Clementina Guerrero le abrió al municipio; para meterlo y ganar intereses, porque la obra puede esperar. De todos modos, las obras pedorras que realiza Hipólito Rodríguez son de pésima calidad, como la calle Zamora que el gobernador iba a inaugurar, pero como le dijeron que iba a haber reclamos mejor huyó a CAEV donde le dieron cariño y apapachos. Hipólito Rodríguez no pudo ocupar esos 600 millones porque no se le ocurrió en qué; para qué alegrarse por un dinero que tampoco sabrá utilizar.

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