Como anteriormente le hemos informado en este espacio, la colección fue un encargo que, en 1993, hizo el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari a algunos de los pintores más importantes del país. El mandatario pidió que realizaran una pieza para que fuera integrada a la colección de arte de Los Pinos. El resultado fue un total de 33 pinturas que fueron pagadas con dinero del erario público. A partir de entonces y hasta finalizado el sexenio de Peña Nieto, estas obras permanecieron colgadas en los diferentes salones de la casa presidencial.
Recordemos que la nueva administración manifestó su preocupación tras solo encontrar una mínima parte de estas pinturas, por lo que se informó que se abrió una investigación para dar con su paradero. En la bodega en la que finalmente fueron ubicadas, misma que se encuentra bajo la custodia del gobierno federal, hallaron también muebles y una infinidad de artículos que tendrán que revisarse uno a uno para determinar cuál será su destino final. Ahora que están revisando este espacio, en una de esas y hasta las cucharas de don Porfirio Díaz aparecen, ya ve que hasta esas desaparecieron de Los Pinos