Desde el principio, los maestros más avezados, sobre todo aquellos que les gusta leer y analizar las cosas, se dieron inmediatamente cuenta que la retórica oficial señalaba que la reforma a los artículos Tercero y 73 de la Constitución era clave en la Reforma Educativa. Sin embargo, estos cambios no se ubicaban en el campo educativo, sino en el ámbito laboral.
Si muchos creían que esta reforma había nacido en los sesos de algún estudioso mexicano, estaban equivocados; no era una propuesta del Estado, sino que respondía a las exigencias internacionales, en particular de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Es cierto que hay buenas intenciones de acabar con la mal llamada Reforma Educativa, sin embargo, la cercanía del nuevo secretario de Educación con la OCDE, tenga la seguridad que no será bien vista por los maestros, especialmente por los de la CNTE.
Y es que la participación de la OCDE con el gobierno de Peña Nieto fue muy visible. Por eso es que no se comprende cómo es que se invita a un organismo que fomentó la aplicación de la Evaluación Docente, a formar parte para hacer un Nuevo Modelo Educativo. A ver si no le sale caro más caro el caldo que las albóndigas a Moctezuma Barragán.
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