Los millennials ya no saben qué inventar para gastar el dinero de sus padres, pues muchos de ellos no trabajan y quieren sentirse modernos con su idea de no tener hijos y, en lugar de eso, adoptar perros para convertirlos en “minihumanos”. Muy fuerte ha sido su impacto en la sociedad que artesanos textileros lanzaron a la venta ponchos, saltillos, sarapes finos, colchas, rebozos bordados, jorongos, tapetes, gabanes y otros artículos para mascotas, principalmente para canes, gatos y hurones.
Los artesanos de Contla de Juan Cuamatzi, Estado de Tlaxcala, cuentan con marcas registras que llevan el nombre de “Diseñadora” y “Tamal In”, mismas que comercializan prendas para cubrir del frío a las mascotas y que pueden elaborarse para todo tipo de animales. Los jorongos llamados “guaguarongos” son elaborados a la medida, pues se toma en cuenta el tamaño de su lomo, el contorno del cuello, el volumen del pecho y la longitud de la mascota.
Y es que no se trata de prendas comunes, pues son hechas con 50 por ciento de poliéster y 50 por ciento de acrílico, materiales que permiten elaborar un producto de mayor calidad y elevar el precio con base en el tamaño que pida el cliente.
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