Arturo Reyes Isidoro / A partir de este martes comenzará a correr ya la segunda quincena de enero y tal vez los múltiples problemas del Estado (y la bronca con Winckler) han hecho que se olviden del Plan Veracruzano de Desarrollo (PVD).
Se está en tiempo pero hasta ahora nadie ha dicho nada sobre el tema, desde que como gobernador electo Cuitláhuac García Jiménez se ocupó del asunto.
El 14 de noviembre pasado dijo que en la integración del PVD participarían todos los sectores sociales, incluida la Universidad Veracruzana (de la que es académico).
En esa fecha, en una conferencia de prensa previa a una disertación, mencionó que tenía hasta el mes de marzo y que los foros de consulta se realizarían una vez que fueran gobierno. “Se invitará a la Universidad Veracruzana aprovechando a los investigadores con los que se cuenta”.
El PVD es el plan rector de gobierno, de ahí su importancia. Entre otras cosas, sirve para elaborar los programas sectoriales, especiales y regionales, y de hecho es un catálogo de compromisos ejecutivos, objetivos, estrategias y líneas de acción por programas sectoriales; contiene los lineamientos y las políticas públicas de la administración estatal.
En Veracruz, el texto constitucional, en su Artículo 49, Fracción X, considera como atributo del gobernador “… Planear y conducir el desarrollo integral del Estado en la esfera de su competencia; establecer los procedimientos de consulta popular para formular, instrumentar, ejecutar, controlar y evaluar el Plan Veracruzano de Desarrollo y los programas que de este se deriven…”.
Por otra parte, en su Artículo 33, Fracción IV, considera como una atribución del Congreso del Estado “… legislar en materia de planeación para reglamentar la formulación, instrumentación, control, evaluación y actualización del Plan Veracruzano de Desarrollo, cuidando que la planeación del desarrollo económico y social sea democrática y obligatoria para el poder público…”.
Si voy a viajar de Xalapa a la Ciudad de México necesito saber qué ruta voy a seguir, si por Apizaco-Puebla-Río Frío para entrar por la calzada Zaragoza, o si por Apizaco-Arco Norte para entroncar con la autopista Ciudad de México-Tulancingo para entrar por Insurgentes Norte, cuánto voy a pagar de casetas y por dónde me sale más barato, por dónde puedo ahorrar más tiempo, pero no puedo irme sin ruta fija porque corro el riesgo de perderme y perder tiempo, gastar más gasolina y que me salga más caro.
Para eso sirve el PVD, para tener precisos objetivos y no estar improvisando.
Creo que incluso problemas como el de Chinameca no se hubieran presentado si todo hubiera estado planeado adecuadamente en un programa rector y se hubieran tenido muy definidos los mecanismos (incluido el cabildeo con el alcalde y los líderes sociales de la población) para concretar la obra.
De otra manera se tiene la impresión, o es que así es, que se está improvisando, que todo se decide y se anuncia en los muros de Facebook o en las cuentas de Twitter de los funcionarios y que las autoridades locales, los beneficiarios o posibles afectados se enteran por esos medios y faltando solo cinco minutos para las doce.
Es cierto, se tiene hasta marzo, pero la integración del PVD también se tiene que planear y en su integración se requiera una gran estructura humana, suficientes recursos económicos, quién se va a encargar de la tarea, si una empresa privada o un ente como la UV, las sedes de los foros regionales, etcétera. Y eso lleva tiempo, un tiempo considerable si se quiere un buen producto.
Por la forma en que se articula el gobierno estatal con el federal, cabe pensar que cualquier y todos los programas, únicos, que se desarrollarán en Veracruz serán los mismos que los del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero aun así tendrán que estar contenidos en el PVD, el que tendrá que adecuarse para tal propósito.
En el bienio pasado, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares encargó la organización y confección del Plan a la Universidad Veracruzana, porque, dijo, prefería pagarle a la casa de estudios y no a una empresa privada externa con capacidad para ese tipo de trabajos, además porque la UV tenía el personal y la capacidad y calidad para cumplir con esa tarea.
El único pero fue que solicitó un crédito a su palabra, es decir, pidió fiado, la casa de estudios cumplió en tiempo, y Yunes no pagó. Lo tuvieron que andar correteando para cobrarle, y nada. Un día dijo que ya lo había hecho pero quedó la duda si en efecto lo hizo porque su palabra cayó en descrédito.
Ya veremos si da tiempo para que se presente un diagnóstico completo y las vías de solución, o si solo para cumplir se entrega cualquier borrador. No se debe olvidar que se tiene que planear ya no para solo dos años sino para seis, y que Veracruz es un gran territorio, un rico mosaico, con muchas riquezas naturales, con un potencial como para ser incluso un país independiente.
¿Catemaco, dejará de ser el patito (o el ganso) feo?
Para este lunes está anunciado oficialmente el Primer Gran Encuentro Estatal de Turismo en Catemaco. ¡Albricias!
De siempre, esa bella y hospitalaria ciudad ha sido un gran atractivo para los turistas locales y de otros estados, pero los gobiernos anteriores no le han dado la importancia que se merece.
Ya está a la vuelta de la esquina el primer viernes de marzo, “Día de los Brujos”, pero normalmente se ha promocionado solo a la fiesta de La Candelaria de Tlacotalpan, al Carnaval de Veracruz y a la Cumbre Tajín de Papantla.
Su laguna, el paseo a la isla de los changos, su parque de Nanciyaga, sus topotes y tegogolos, su carne “de chango” (de Chinameca), sus tortillas recién salidas del comal con asientos de manteca, su mojarra al chile limón, sus frijoles refritos con plátanos fritos, sus paletas percheronas y, por supuesto, la obligada visita a la Virgen del Carmen atraen a miles, tanto o más que Tlacotalpan.
Qué bueno que con este encuentro Catemaco dejará de ser el patito (o el ganso) feo.
Ahora se ha adelantado que se instituirá también la Cumbre Olmeca en el sur del Estado, aunque no se ha dicho dónde será su sede.
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