Lo mismo pasó con la calle Mérida de la colonia Progreso en Xalapa, pero suponíamos que el gobernador había acudido porque es su colonia, el lugar donde se iba a echar las cascaritas de futbol. Pero no, al parecer el orgullo del gobernador, su ánimo y su autoestima quedaron tan vapuleados en Chinameca que quiso ir a un lugar seguro para que lo llenaran de aplausos y cariño. Por ello se hizo acompañar de una buena comitiva de “huelepedos”, por lo que el alcalde le pidió a medio gabinete que acudiera.
Y para sentirse el ser más adorado de Xalapa, más cobijado de la región, también pidió a los senadores su presencia, a los diputados, locales y federales y hasta su secretario de Gobierno se presentó. ¡Qué ridícula foto en donde para dar por terminada la obra de echar asfalto están 10 personas cortando el listón, como si fuera una gran autopista, un segundo piso, un boulevard!