La 4ª Transformación no incluye un cambio de actitud por parte de los servidores públicos. El caso es que no importa de qué partido sean, los servidores públicos siguen sin entender que son ellos los que están para servir al ciudadano. El servidor público cree que es más importante él que el ciudadano, por eso se pueden dar el lujo de hacer esperar al ciudadano el tiempo que quieran mientras ellos están en las famosas “reuniones”. Esa excusa es la más recurrida. Por ejemplo, en Tránsito del Estado de nada sirve que las secretarias sean eficientes en su trabajo. Entregas los documentos para cualquier trámite y ellas lo sacan de inmediato. ¿Dónde se traba el asunto? En la firma del responsable.
Nos comenta un ciudadano que acudió a Tránsito del Estado a tramitar un permiso provisional de 15 días para transitar en un auto que acaba de comprar. El trámite fue de lo más rápido. De acuerdo con el sello de pago en un Fasti a las 12:46 horas ya estaba listo para recoger su documento, pero le dijeron que esperara 30 minutos. Los espero, avisó a las personas de su siguiente compromiso que llegaría 30 minutos tarde. Pero se llegaron los 30 minutos, los 60 minutos, los 90 minutos, los 120 minutos y Guillermo Sosa, subdirector de Planeación de la dependencia, no firmaba el documento. La excusa, que estaba en una reunión importante.
El ciudadano tuvo que dejar el documento y retirarse. ¿Cuánto le hubiera tomado al funcionario en firmar los documentos en espera? ¿cinco minutos? Pero no, el tiempo del funcionario era más importante que el de los ciudadanos, tan importante que les podía robar dos horas a los que esperaban. Lo dicho, serán priistas, panistas o morenistas, los servidores públicos siguen sin entender que ellos están al servicio de la ciudadanía.
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