“Lo conocí en el taller de Carpintería, es un muchacho flaquito, duré dos meses y medio y luego me metí con él. Fue un día que nos fuimos a hacer la tarea de ciencias a su casa, sus papás no estaban. Íbamos otra amiga y yo, pero a ella le hablaron y se tuvo que ir y nos quedamos solos, entonces nos cobijamos y pasó lo que pasó. No nos cuidamos porque no teníamos en mente hacerlo”, relató la menor.
Sin embargo, luego de un mes de relación con su novio, el romance acabó, toda vez que el adolescente se fue a vivir a otra ciudad. Los padres ni idea tenían de dicha situación; no había la confianza necesaria para que la hija les contara lo que estaba viviendo en ese momento. Por ello, es importante que prevalezca la comunicación entre padres e hijos y que desde el núcleo familiar se fomente la educación sexual, pues este tema no sólo debe dejarse en manos de las instituciones académicas; también es responsabilidad de las familias atender el problema