El 22 de octubre del año que se fue, se presentó Soralla Bañuelos a defender la honorabilidad de Juan Díaz de la Torre y su grupo de cercanos ante las oficinas de la PGR contra las acusaciones de Venancio Morales Zúñiga y de Luis Pérez Pasten. Según Bañuelos, estos dos personajes estaban falseando sus acusaciones. Sin embargo, Juan Díaz de la Torre tuvo que salir por la puerta de atrás. En sus espaldas llevaba el repudio de los más de un millón y medio de maestros, a quienes vendió por 30 monedas de plata al tirarse como tapete ante el Gobierno Federal.
Hoy, la dirigencia de Alfonso Cepeda Salas y de su Comité Ejecutivo, a quien tanto defiende Soralla Bañuelos, se enfrenta ante una encrucijada que marcará el destino del propio sindicato. Nos referimos a la democratización sindical mediante el voto universal, que viene enmarcado por la 4T que impulsa el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Se sabe que existe una fuerte preocupación entre los allegados a Cepeda Salas, ya que reconocen que si en estos momentos se efectuaran unas elecciones libres y democráticas, el comité actual estaría mordiendo el polvo de la derrota.
Existe temor de que los nuevos representantes, sin son alzados con un triunfo apoyado por las bases, efectúen una auditoria interna, que metería en problemas al actual comité. Y es que hasta el momento el equipo de Cepeda Salas, sólo se hacen como el Tío Lolo y no han dicho qué hicieron con el dinero que recibieron para impulsar la mal llamada Reforma Educativa. Se esperan sorpresas en estos días en el SNTE.
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