En el gobierno de Cuitláhuac García, cada quien hace el trabajo que más le gusta, pero no hace el trabajo que les corresponde. A menos la oficial mayor de la SEV siente que es la encargada de Comunicación Social, ya que, en hora de trabajo, en su cuenta de Facebook postea las actividades y avances del Ejecutivo estatal. Lo que debería de hacer es cumplir con sus responsabilidades que su cargo implica. Pero bueno, qué se puede esperar, si el flamante secretario de Educación se siente el primer damo del DIF estatal, ya que deja sus oficinas del kilómetro 4,5 para repartir juguetes por el sur del estado.
De hecho, esa es una buena acción, pero tradicionalmente le corresponde realizarla al DIF. Además, resulta curioso que después de copar todos los espacios de la SEV y las delegaciones con sus incondicionales, sólo queda concluir que el “señor secretario”, como le llama la oficial mayor, en sus sueños guajiros cree que él puede ser el próximo gobernador.
Sería bueno que el comunicólogo y exmiembro del MMPV se baje de la nube y se ponga a trabajar en lo más importante. Que aplique acciones para bajar el índice de deserción escolar y se dote de lo más indispensable a las escuelas de las zonas más marginadas. Y por amor de Dios, que deje a un lado sus sueños tropicales de ser el sucesor de su valedor Cuitláhuac García. Apenas lleva un mes en el puesto y como buen pato, ya quiere tirarle a las escopetas.
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