En el lugar mencionado, la ley que prohíbe la pirotecnia había entrado en vigor el pasado 28 de diciembre; se desconoce el motivo por el cual la autoridad decidió pasarse por el arco del triunfo la normatividad; sin embargo, hubo afectaciones al respecto: la fauna sufrió un daño severo en una de las islas más vulnerables del archipiélago.
«El consejo de Gobierno de Galápagos ofició al Parque Nacional Galápagos para que dentro de sus competencias inicie el procedimiento administrativo sancionatorio que corresponda, con arreglo a lo establecido en la Ley Orgánica de Régimen Especial de la Provincia de Galápagos y/o el Código Orgánico del Ambiente», se lee en un comunicado. No obstante, las leyes también deberían aplicarse contra los alcaldes mexicanos que permitieron la venta de pirotecnia sin ninguna regulación. Al menos en Xalapa, capital de Veracruz, fueron notorios los vendedores informales de explosivos en pleno centro de la ciudad, sobre todo en calles como Altamirano, Revolución, Clavijero, Rafael Lucio y otras. Cabe destacar que el alcalde Hipólito Rodríguez Herrero había prometido que no se permitiría; sin embargo, lo hizo.